divergent Ways

Agotado, me detengo. Sigo atrapado en esta oscuridad. Abatido, me tiendo sobre el frio asfalto y cierro los ojos. Intento adentrarme en mis recuerdos... Me alejo de mi alrededor y poco a poco mi subconsciente gobierna mi mente. ... Oigo ruido. Estoy en algun lugar con mucha gente. Intento percibir algo con los ojos. Verde, mucho verde. Coches, sí. Hay muchos coches a través de... una ventana. Puedo percibir las imágenes cada vez más nítidas. Estoy en un autobús creo, puedo ver mis manos... mis piernas. Un chico a mi lado parece hablarme. No consigo entender sus palabras. Hay mucho ruido. Intento levantarme pero no puedo. Creo que estoy dentro del recuerdo de alguien. Ahora la calle se estrecha y hay menos coches. Está atardeciendo. Los árboles están muy verdes y las personas de la calle visten de corto. Diria que estoy en mayo o junio. De pronto siento calor. Me siento muy bien. El autobús se ha parado de repente. Algo sucede. La calle parece desierta y el cielo ya está totalmente oscuro. Algo extraño sucede a mi alrededor. La imagen se vuelve borrosa y lentamente las personas en el autobús van desapareciendo. El chico a mi lado continua hablandome cogido de mi mano. Todo oscurece, únicamente puedo adivinar enfrente el contorno de unas letras de neon de algun local... M... Ne... Nem... ¡Némesis! He despertado de golpe. Una luz roja parece alejarsee de mi. Creo que otro coche acaba de pasar a través de mi. Hace frio. "Némesis..." ¿Qué significará? Este lugar es cada vez más extraño. Un lugar donde se pueden tener sueños. No existen muchos lugares así...

Nunca imaginé que algo así pudiera llegar a pasar, que llegáramos a estar separados, que todo lo que habíamos logrado ya no fuera nada. El mundo gira y todo cambia. Quizá demasiado rápido para mi. Me cuesta asimilar que fui una piedra en tu camino de la que te tenías que deshacer. Algo insufrible. Algo por lo que no vale la pena luchar porque lo que recibirás a cambio no será suficiente. Algo así he llegado a ser, todavía no se cómo.

Fueron días, muchos días escuchando palabras que no hacían más que crear un universo alternativo en mi imaginación, donde seríamos felices después de las dificultades de la vida. Porque demostré que quería, porque lo merecíamos. Al menos yo. Pero ese universo que creí que sería nuestro futuro se quedó sólo en un espejismo oculto tras mentiras e hipocresías. No sé por qué lo hago pero sigo viviendo inmerso en ese universo que ya no me aporta nada, por el que luchar se ha convertido en un bolígrafo sin tinta.

Nunca imaginé que el destino sería tan cruel con alguien que lo dio todo por las personas que creía que le corresponderían sin esperar nada a cambio. Pero por algún motivo lo que hay es lo que tenemos y por ese motivo tenemos lo que hay. He aprendido a no esperar nada de nadie y a no luchar por nada, porque ya no vale la pena perder tus fuerzas por algo que quizá no llegue a suceder.

Hace ya diez años que la muerte vino a buscarme pero por una burla del destino todavía sigo aquí, como un vacío en mitad de este mundo, sin destino, sin motivo, sin nada por lo que continuar adelante. Esperando que quien vino a buscarme entonces me vuelva a encontrar. Lo necesito. Eso es todo.

... He llegado a un suelo más duro, poroso. Es asfalto, no hay duda. Su textura resulta placentera al tacto de mis pies, sobre todo después de lo que he caminado. Estoy agotado pero el desconcierto de desconocer donde estoy me arrastra a continuar. Todo continua tan oscuro como antes, incluso el cielo parece un agujero negro deseando engullirme. El horizonte no es más que una linea invisible separando dos colores a simple vista iguales. No lo veo pero está ahí: es real, creo. Escucho algo en la lejanía, me giro y aparece una leve luz amarilla. Es un coche, creo. Cada instante está más cerca y en un ataque de miedo empiezo a saltar. "¡Aquí!", "¡Aquí!". "¡Paren por favor!"... "Por favor"."¡Aquí!". Lo veo, está justo ahí. Por un instante todo se detiene y una esperanza llega a mi. El corazón me golpea el pecho salvajemente. Ese instante pasa y el coche ya está aquí. No va a parar, lo intuyo. Intento apartarme pero una pierna me falla y caigo al suelo. "¡Noo!", grito. Cierro los ojos... Nada. Abro los ojos y veo como el coche continua sobre el asfalto, alejándose de mi. Me ha atravesado, como si fuera un fantasma, como si no fuera nadie ni nada. "¿Y ahora qué?". Si esto no es un sueño, ¿acaso estoy muerto? ¿Esto es un cielo?, ¿un infierno?... ¿el limbo quizás? La duda me invade. Vuelvo a estar a oscuras y en silencio. El aire sigue sin moverse, como petrificado. Un sentimiento de soledad me invade. ¿Quien soy? ¿Por que estoy aquí? La soledad se convierte en culpa. ¿Culpa de qué? Todo es tan extraño que vuelvo a preguntarme si no será más que un sueño. Me pellizco. No, definitivamente, suponiendo que el pellizco es una prueba fehaciente de que esto no es un sueño, definitivamente me hago a la idea que sea donde sea que esté, no estoy en un sueño. Es un lugar real. Aun así tengo la impresión de que sea lo que sea este lugar se encuentra en la linea de la realidad. Me levanto, y empiezo a arrastrar un pie tras otro, e intento seguir la linea de asfalto buscando algo, lo que sea, que me haga salir de esta pesadilla...

Hoy toca decir: "lo que podría haber sido y no fue", ó "no dejes para mañana lo que pudiste hacer ayer", incluso "fue bueno a veces, otras no tanto, pero podría haber sido maravilloso, quizás insufrible" ...

El pasado está ahí, desde el momento en que pasa queda ahi para que lo recordemos, para enseñarnos qué caminos nos beneficiarán y de que otros es mejor que nos alejemos. Olvidarlo es imposible y dejarlo de lado a veces parece complicado. Hay que aprender a vivir con él, aprender a recurrir a él en el momento de tomar decisiones importantes. El pasado no es mi enemigo, sino el instrumento para lograr un futuro mejor.

Hoy podría haber sido un día maravilloso, es cierto, sí, el pasado significó una etapa muy importante en mi vida y eso te marca - hay veces en que necesito ese botón de off en mis recuerdos, pero ilógicamente no lo tengo -, el pasado te marca, eso está claro... pero el presente te condiciona. Existen cosas que no puedes lograr, por mucho que las desees y que te esfuerces por conseguirlas ¿Quien quiere ir a New York pudiendo ir a l'Empordà? La vida, la economía, tu alrededor, todo condiciona tu presente hasta tal punto de que no eres dueño de tu vida ni de tus actos y que al fin y al cabo vives lo que puedes, como puedes y con quien puedes en lugar de lo quieres, como quieres y con quien quieres. El sentido de todo esto me hace reflexionar que no puedo más que agradecer a todas las personas que hacen posible que ese abanico de posibles opciones sea al menos algo con lo que empezar y salir adelante hasta que pueda ser yo el que lo ofrezca a otros. Algo en mi interior me dice que aunque nos cuestionemos a veces algunas decisiones del pasado, debemos mirar atrás y comprender que en aquel momento nuestro presente nos ofrecía las salidas que nos ofrecía y que intentamos hacerlo lo mejor que supimos con nuestras opciones... Algo me dice que, aunque no lo parezca, el pasado fue un éxito y que el presente no hace justicia a lo que hemos vivido. Algo me dice que el futuro es verdaderamente incierto y que hagamos lo que hagamos ahora o hayamos hecho antes no cambiará en gran medida un futuro que aunque incierto puede sorprendernos; porque si algo puedo adivinar de mi futuro es que, para bien o para mal, me sorprenderá.

Hoy puedo decir muchas cosas malas, sin embargo creo que hoy es un dia maravilloso, ya lo fue antes y hoy lo es más aun. Al pan, pan, y al vino, una copa por favor.

Una vela encendida en mitad de un lugar oscuro. La llama tiembla y todas las sombras se mueven. Lo único que logro escuchar es silencio, un profundo silencio que hiela los huesos. He abierto los ojos y estaba aquí, tendido, no sé si en un sueño o en algún lugar. Lo último que recuerdo es... nada, ni siquiera recuerdo mi nombre. He abierto los ojos y había una vela brillando a mi lado, me he levantado y con ella he intentado adivinar donde me encontraba pero apenas podía verme los dedos de la mano. Es curioso pero la vela brillaba sin alumbrar a mi alrededor. Empecé a arrastrar un pie, el otro, intentaba alcanzar alguna cosa con mis manos frente a mi. El suelo estaba seco y frío y yo empezaba a temblar. El aire permanecía totalmente en reposo. Seguía avanzando, lentamente, a ciegas, hacia delante, hacia un lado, hacia el otro. La llama de la vela cada vez vibraba más. Empezaba a notar como una presencia, algo que me observaba al otro lado de la oscuridad. "Los fantasmas no existen", me repetía. "Los fantasmas no existen... ". Un aullido, un aullido agudo y escalofriante ha hecho temblar el aire. La vela se ha apagado y el vacío se ha hecho eterno. He cerrado los ojos. "Respira...". "Respira...". ... "Respira hondo". No es un sueño, no puede serlo. Puedo oler el vacío, huele frío, huele húmedo, ¿huele a césped? Creo haber olido a césped. He abierto los ojos, he soltado la vela en el suelo y he empezado a avanzar ocupando el vacío delante de mi, dejando vacío el lugar donde estaba. No consigo ver nada pero juraría que hay algo cerca. Lo percibo. Otro aullido, ésta vez ha sido más cerca. Siento miedo, sin luz, sin vela, completamente solo frente a la eternidad del horizonte que no consigo vislumbrar. He vuelto la mirada atrás pero la vela continúa apagada. Guardaba la esperanza de que se apiadara de mi y renaciera de sus cenizas. No importa. Creo que mis pupilas comienzan a adaptarse a la oscuridad. Creo que me ha caído una lagrima. Del frío, sigo temblando. Consigo imaginar un cielo, oscuro, sin luna ni estrellas, sin sol. El aire es denso, noto como me dificulta avanzar. Un aullido, otro más. Esta vez algo se acerca... y cierro los ojos.

Todo en ésta historia es tan ríduculo, que cuesta creer que sea verdad.

Cuando algo comienza, normalmente no sabes como acabará. La casa que ibas a vender se convierte en tu hogar, los compañeros de piso se convierten en tu familia, y la aventura que ibas a olvidar se convierte en el amor de tu vida... Algo en tu interior te dice que nada de eso funcionará, pero el día a día te va demostrando que el mundo no gira en el sentido de nuestros instintos.

Pasamos la vida preocupandonos por el futuro, planeandolo, intentando predecirlo... Pensando que saber como será amortiguará el golpe... Pero el futuro cambia constantemente. El futuro es el hogar de nuestros miedos y de nuestras esperanzas, el futuro es un universo creado por nuestra mente para digerir el presente, para no pensar en el pasado... pero algo es seguro, cuando al fin se revela, el futuro nunca es como lo imaginábamos.

Pasamos la vida castigándonos por el pasado, por lo que hicimos y por lo que no llegamos a hacer, reviviendo en nuestra cabeza a veces algunos de esos mejores momentos vividos en nuestra vida, a veces alguno de los peores... Es difícil adivinar en qué momento del pasado comenzó el camino que me ha llevado hasta donde estoy, en donde no vi el cartel de "No Pasar". Es difícil pensar que estoy en el camino correcto si no encuentro ninguna señal ni ninguna senda que me guíe. Es difícil avanzar sabiendo que no podré volver hacia atrás y me encantaría gritar "¡Lo Siento!", pero esas siete letras no siempre son suficientes. Son esas siete letras las que muchas veces te marcan el fin...

Sabemos que hemos hecho cuanto podíamos. Es difícil deshacerse de la sensación de que pudiste hacer más.

Lo siento no siempre es suficiente, quizá porque se utiliza muchas veces, como arma... como escusa. Pero cuando lo sentimos y lo utilizamos como es debido, cuando lo pensamos... Cuando nuestras acciones dicen más que la palabras... Cuando lo hacemos bien, ¡LO SIENTO!, es perfecto. Cuando lo hacemos bien, ¡LO SIENTO!, nos redime.