divergent Ways

Son las cuatro menos cinco de la mañana en un albergue perdido por el pirineo aragonés. Dentro de mi cabeza retumba el estribillo "Now I'm praying to God you'll give me one more chance, girl I'll be there for you" desde los auriculares de mi mp4. Abro los ojos y miro por entre la oscuridad hacia donde se supone que está el techo, tan solo un metro por encima de mi. Sólo un leve destello de la luz de emergencia a mis pies me indica que al menos hay un trozo de pared cerca.

"Words can't say what a love can do, I'll be there for you" La cancion termina y me quito el auricular. De pronto, el silencio, un silencio corrupto porque mi tímpano aún retumba... Un silencio engañoso para todos, pues a pesar de él todos sabemos que seguimos despiertos, al menos casi todos... El ambiente que se respira es tenso, casi eléctrico y caluroso, aunque fuera puede hacer perfectamente cinco grados por debajo del cero.

De pronto los primeros compases del sonado Eye Of the Tiger suenan a todo volumen desde algún móvil. No sé por qué pero no me ha sobresaltado. Quizá porque lo esperaba. Son las 4, la hora. Un intento de grito en un susurro deja oir 'APÁGA ESO COJONES', y poco después la música cesa. Esperemos que nadie indeseable la haya oído entre sus 'plácidos sueños'.

Como si supiéramos lo que debemos hacer, empezamos a bajar de las literas e ir hacia la puerta de salida, la reunión es abajo. En ese momento, el más mínimo movimiento, paso o roce te parece un ruido escandalizador... '¡Seguro que te han oido!' piensas, pero contínuas. No ves el camino pero avanzas, y lo encuentras tal y donde suponías.

Diez mínutos más tarde los mismos seis que habíamos salido entrábamos intentando hacer el más mínimo ruido, armados con esprais de espuma, desodorantes, takers, pasta de dientes y linternas. Avanzábamos en 'escuadrón' hacia la primera víctima, el novato de turno. Fijada su cara con nuestras linternas y el tacker y la pasta de dientes 'desenbainadas', dispuestos a la venganza que no merecía... tres... dos... u...

¡¡¡ME CAGO EN LA PUTA MADRE QUE PARIÓ AL TANQUE!!! ¡¡MAÑANA VAIS A VOLVER A CASA A PATITA JODER!!

Por increíble que parezca, antes de que la 'jefa' terminase de gritar, todos estábamos increiblemente en nuestras literas, metidos en el saco y con cara de sobaos. Ahora sí, era hora de dormir, tan sólo de vez en cuando dejábamos escapar un haz de luz con las linternas para incordiar más a la jefa, que se había levantado y iba de un lado hacía otro vigilando la oscuridad. Podías abrir los ojos e intentar ver algo, cuando notabas el espantoso aliento a pocos centímetros de ti. Aun así, un silencio corrupto -corrupto porque a pesar de ser silencio decía tanto-, invadía esos escasos centímetros. Cuando dejabas de notar su aliento a muerte dejabas escapar otra vez más un pequeño resplando de linterna.

¡¡O APAGÁIS LAS JODIDAS LINTERNAS O MAÑANA... !!

Al fin y al cabo el castigo ya estaba dispuesto. Un poco más ni se notaría.




Att. theSpiritOfSwim